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Ya te lo hemos chivado: para nosotros, visitar el Albaicín es, junto con visitar la Alhambra, uno de los básicos de una ruta por Granada.

Se cree que el barrio nació en el siglo XI, con la llegada de los bereberes ziríes, pero, desde luego, junto con la Alhambra, el Realejo y el Arrabal de Bib-Arrambla, constituye uno de los núcleos antiguos de la Granada musulmana. De hecho, el Albaicín conserva la trama urbana del período nazarí y lo notarás rápidamente cuando camines por él. Se trata de un laberinto de calles estrechas que van desde su parte más alta (San Nicolás) hasta la Plaza Nueva, donde se encuentran calles tan bonitas como la Carrera del Darro y la calle Elvira.

Sus cármenes son el claro ejemplo de la arquitectura de la época. Estas eran las viviendas tradicionales, rodeadas por un alto muro y con un huerto o jardín en su interior, que también aportaba frescor. Durante la época nazarí también se construyeron 28 aljibes, que daban agua a la población. Muchos de ellos aún se conservan.

En definitiva, ver el Albaicín es caminar por siglos de historia.